La tristeza del maya
Un día los animales se acercaron a un maya y le dijeron:
No queremos verte triste, pídenos lo que quieras y lo tendrás.
El maya dijo:
Quiero ser feliz.
La lechuza respondió:
¿Quién sabe lo que es la felicidad? Pídenos cosas más humanas.
Bueno añadió el hombre, quiero tener buena vista.
El zopilote le dijo:
Tendrás la mía.
Quiero ser fuerte.
El jaguar le dijo:
Serás fuerte como yo.
Quiero caminar sin cansarme.
El venado le dijo:
Te daré mis piernas.
Quiero adivinar la llegada de las lluvias.
El ruiseñor le dijo:
Te avisaré con mi canto.
Quiero ser astuto.
El zorro le dijo:
Te enseñaré a serlo.
Quiero trepar a los árboles.
La ardilla le dijo:
Te daré mis uñas.
Quiero conocer las plantas medicinales.
La serpiente le dijo:
¡Ah, esa es cosa mía porque yo conozco todas las plantas! Te las marcaré en el campo.
Y al oír esto último, el maya se alejó.
Entonces la lechuza dijo a los animales:
El hombre ahora sabe más cosas y puede hacer más cosas, pero siempre estará triste.
Y la chachalaca se puso a gritar: ¡Pobres animales! ¡Pobres animales!
 |